viernes, 28 de julio de 2023

¿Sirve de algo El Gobierno?


Imagina un tiempo antes de los reyes, presidentes o primeros ministros, incluso antes de la formación de cualquier tipo de sociedad o civilización. Esto es lo que los filósofos llaman un estado de naturaleza. En este intrigante experimento mental, las personas vivían libremente, sin reglas o leyes formales que los limitaran o gobernaran. Pero, ¿cómo sería realmente este estado de naturaleza?

Para el filósofo del siglo XVII, Thomas Hobbes, el estado de naturaleza es visto como una auténtica guerra de todos contra todos. Según su perspectiva, la naturaleza humana básica es el miedo, la inseguridad, la muerte y la agitación constante. Desde esta perspectiva aterradora, las personas se encontraban en un estado de peligro y conflicto continuo, lo que llevó a la conclusión de que era necesario poner fin a esta situación insostenible.

Para resolver este estado caótico y peligroso, las personas en el estado de naturaleza decidieron ceder algunos de sus derechos básicos a una entidad soberana que pudiera mantener el orden y establecer un marco legal y normativo. Hobbes se refiere a esta entidad como el "Leviatán". De esta manera, se formaría un gobierno que tendría el poder y la autoridad para promulgar leyes y garantizar la seguridad y protección de los ciudadanos.

Por ejemplo, si alguien en este estado de naturaleza se sentía frustrado y desesperado debido al robo constante de sus pertenencias, el Estado, como representante del Leviatán, podría intervenir para promulgar leyes que protegieran sus bienes o ayudaran a obtener una forma de compensación. Esta protección era esencial porque, además de asegurar el bienestar individual, el mantenimiento de la ley y el orden disminuía la ansiedad constante que reinaba en el estado de naturaleza.

En contraposición a la visión de Hobbes, encontramos al filósofo francés del siglo XVIII, nacido en Suiza, Jean-Jacques Rousseau, quien presenta una perspectiva diferente sobre el estado de naturaleza. Para Rousseau, este estado no es un escenario caótico y violento, sino más bien una condición en la que el ser humano es independiente, solitario y pacífico.

En el pensamiento de Rousseau, la verdadera naturaleza del ser humano es más benevolente, y las personas serían más felices y virtuosas sin la presencia de un gobierno que los controle y restrinja. De hecho, Rousseau consideraba que el surgimiento de la agricultura, la propiedad privada y la división del trabajo fue lo que llevó a la aparición de desigualdades y tensiones sociales. La disparidad en el acceso a los recursos generó envidia y hostilidades entre las personas, quienes comenzaron a ser conscientes de su limitada situación material y su falta de movilidad social ascendente. En este sentido, Rousseau afirmaba que "El hombre nace libre y en todas partes está encadenado".

A diferencia de Hobbes, Rousseau rechaza la noción de que un gobierno autoritario sea la solución para los problemas del estado de naturaleza. Para Rousseau, el modelo hobbesiano conduciría al despotismo, en el cual las personas se verían obligadas a depender de una tercera parte para satisfacer sus necesidades básicas y no tendrían una elección genuina en la selección de sus líderes. En cambio, Rousseau sostiene que las personas deben ceder parte de su poder y derechos de manera voluntaria para asegurar la igualdad entre los ciudadanos y el bienestar común.

En este contexto, Rousseau aboga por un contrato social en el que los individuos consientan ser gobernados y regulados, pero de una manera que se preocupe por el bienestar general en lugar de favorecer solo a unos pocos. Este contrato social implicaría que las personas sigan una regla de ley que ellas mismas aceptarían cumplir de manera espontánea. En otras palabras, el gobierno y las leyes surgirían del consentimiento libre y consciente de los ciudadanos, y su objetivo principal sería garantizar la igualdad y el beneficio colectivo.

Para Rousseau, la existencia de un gobierno y una sociedad organizada representa una especie de "unfreedom" (falta de libertad) y opresión para los individuos. En su visión, la auténtica libertad reside en el estado de naturaleza, donde las personas pueden vivir según sus propios términos sin las restricciones impuestas por la sociedad organizada.

En resumen, mientras que Hobbes y Rousseau concuerdan en que el estado de naturaleza carece de moralidad y conlleva desafíos, difieren significativamente en cómo abordar esta situación. Hobbes aboga por un gobierno fuerte para evitar el caos y la inseguridad, mientras que Rousseau defiende una sociedad más igualitaria y basada en el consentimiento libre de los individuos. La pregunta final es: ¿Quién tiene razón? ¿Es necesario que las personas sean mantenidas bajo control o deberían mantenerse libres para hacer lo que deseen? Esta interrogante continúa siendo una fuente de debate y reflexión en el pensamiento político y filosófico hasta nuestros días.

martes, 25 de julio de 2023

Trazando tu propio camino


En el vasto lienzo de la existencia humana, nos encontramos inmersos en un mundo lleno de influencias, normas sociales y expectativas que moldean nuestras percepciones y decisiones. En esta compleja trama, surge una poderosa invitación filosófica: la renovación de la mente como camino hacia la autenticidad y la realización personal. Al explorar esta idea, nos adentramos en el terreno de pensadores visionarios cuyas obras están intrincadamente entrelazadas con esta temática.

Soren Kierkegaard, el célebre filósofo danés, nos incita a reflexionar sobre la importancia de ser uno mismo en su obra "El Concepto de la Angustia". A través de sus escritos, Kierkegaard destaca que enfrentar la incertidumbre y la angustia inherente a la autenticidad es esencial para alcanzar una vida plena. Renovar la mente implica sumergirse en la inquietud de nuestras propias elecciones y asumir la responsabilidad de nuestras acciones.

Friedrich Nietzsche, el provocador pensador alemán, nos anima a desprendernos de las ataduras impuestas por la moralidad tradicional y a abrazar nuestro "yo" verdadero. En su obra "Así Habló Zaratustra", Nietzsche nos invita a trascender la moral de rebaño y a encontrar nuestro propio camino hacia la autenticidad. Al renovar nuestra mente, nos liberamos del lastre de las creencias impuestas y nos abrimos a la posibilidad de una vida con propósito.

Jean-Paul Sartre, el influyente filósofo existencialista francés, nos sumerge en la idea de la responsabilidad radical en su obra "El Existencialismo es un Humanismo". Sartre nos recuerda que, al renovar nuestra mente y tomar decisiones auténticas, no solo forjamos nuestro destino personal sino que también contribuimos a la determinación de la humanidad en su conjunto. Así, nuestra autenticidad se convierte en un acto de libertad y responsabilidad frente a nuestras elecciones.

Simone de Beauvoir, la filósofa feminista y existencialista francesa, nos inspira a cuestionar las normas de género y las expectativas culturales en su obra "El Segundo Sexo". De Beauvoir nos enseña que la renovación de la mente implica deshacernos de las etiquetas impuestas y liberarnos de los roles sociales preestablecidos. Al hacerlo, creamos espacio para una autenticidad genuina, que nos permite desarrollar todo nuestro potencial como individuos.

En el corazón de estas ideas filosóficas, encontramos la noción central de la renovación mental como un proceso que va más allá de la simple adaptación a las convenciones sociales. Se trata de un viaje introspectivo, una búsqueda valiente hacia la autenticidad y el autoconocimiento. Al renovar nuestra mente, somos capaces de discernir nuestras propias voces internas, desprendiéndonos de las expectativas externas para encontrar significado y propósito en nuestras vidas.

Este camino no es exento de desafíos. Encontramos la inquietud de enfrentar la incertidumbre y la necesidad de asumir la responsabilidad de nuestras decisiones. Sin embargo, es en este proceso de confrontación con nuestras verdades internas donde hallamos el potencial para la autenticidad y la libertad.

En conclusión, la filosofía de la renovación mental nos invita a reflexionar sobre la importancia de abrazar nuestra individualidad y buscar la autenticidad en un mundo que tiende a moldearnos. Al sumergirnos en el pensamiento de filósofos como Kierkegaard, Nietzsche, Sartre y de Beauvoir, nos animamos a explorar la posibilidad de renovar nuestra mente y forjar una vida en armonía con nuestras convicciones más profundas. En este proceso, encontramos la libertad de ser nosotros mismos, dejando atrás las máscaras impuestas y abrazando nuestra autenticidad con audacia y determinación.

sábado, 22 de julio de 2023

La Ilusión de la Transparencia: Por qué no eres tan manifiesto como crees que eres


La ilusión de la transparencia es un sesgo cognitivo que hace que las personas sobreestimen el grado en que sus pensamientos y emociones son evidentes para los demás. Por ejemplo, la ilusión de la transparencia puede hacer que las personas que se sienten nerviosas al hablar en público sobreestimen el grado en que su nerviosismo es percibido por la audiencia.

Debido a que la ilusión de la transparencia tiene un fuerte efecto en las personas en una amplia gama de situaciones, aprender a tenerlo en cuenta es muy beneficioso. Por lo tanto, en el siguiente artículo aprenderás más sobre la ilusión de la transparencia, entenderás por qué las personas la experimentan y verás cómo puedes tenerlo en cuenta, tanto en tu propio pensamiento como en el proceso de pensamiento de otras personas. 

Ejemplos de la ilusión de transparencia

Como vimos anteriormente, la ilusión de transparencia puede afectar a las personas cuando hacen una presentación pública, y hacerles suponer que su nerviosismo es más evidente para los demás de lo que realmente es el caso.

Además de esto, la ilusión de transparencia también puede influir en el pensamiento de las personas en varios otros escenarios. Por ejemplo, un conjunto de experimentos sobre el tema encontró varios casos en los que la ilusión de transparencia afecta a las personas en situaciones cotidianas:

Los mentirosos sobreestiman significativamente cuán bien otras personas pueden detectar sus mentiras.

Las personas que están experimentando angustia emocional asumen que su angustia es más evidente para los demás de lo que realmente es.

Las personas que comen algo que tiene mal sabor asumen que su disgusto es más evidente para los observadores de lo que realmente es.

Por qué las personas experimentan la ilusión de la transparencia

Las personas experimentan la ilusión de la transparencia porque tienen un sesgo egocéntrico natural, lo que les hace depender demasiado de su propia perspectiva al intentar considerar la perspectiva de los demás.

Básicamente, debido a que pasas la gran mayoría de tu tiempo considerando tus pensamientos y acciones desde tu propia perspectiva, te resulta difícil ajustarte al ancla de tu propio punto de vista cuando intentas imaginar cómo te ven los demás. Esto significa que aunque otras personas no tienen tanta visión de tu proceso de pensamiento y estado mental como tú, y aunque lo sepas racionalmente, te resulta difícil recordarlo cuando estimas intuitivamente lo que los demás saben sobre ti.

Como tal, tendemos a asumir naturalmente que las demás personas pueden saber fácilmente lo que pensamos y cómo nos sentimos, porque nosotros sabemos lo que pensamos y cómo nos sentimos, y porque nos resulta difícil recordar que los demás no tienen tanta visión de nuestro estado mental como nosotros.

Cómo reducir la ilusión de transparencia

Sé consciente del sesgo

Lo más sencillo que puedes hacer para reducir el impacto que la ilusión de transparencia tiene en ti, es simplemente ser consciente de ella.

Por ejemplo, en un estudio sobre el tema, los investigadores examinaron cómo informar a las personas sobre la ilusión de transparencia influía en su capacidad para dar una charla pública.

En consecuencia, antes de dar su charla, a algunos de los participantes en el estudio se les dijo que es probable que la audiencia no pueda percibir su ansiedad y nerviosismo tanto como ellos esperarían. Se les explicó que esto ocurre porque cuando experimentamos emociones intensas, tendemos a asumir que los demás podrán notarlas, pero que, en realidad, los observadores no son tan buenos como creemos en notar estas cosas.

El simple acto de informar a las personas sobre qué es la ilusión de transparencia y cómo les afecta tuvo un impacto significativo en la capacidad de hablar en público de las personas, y los oradores que fueron informados sobre la ilusión de transparencia antes de dar su charla parecían más compuestos y dieron una mejor charla que los oradores que no fueron informados al respecto.

En general, esto demuestra cómo simplemente ser consciente de la ilusión de transparencia puede ayudarte a mitigar su influencia y a tener más confianza. Aunque el estudio en el ejemplo anterior mostró esto en el contexto de hablar en público, es muy probable que los beneficios de hacer que las personas sean conscientes de la ilusión de transparencia se traduzcan a otros ámbitos también.

Utiliza técnicas de auto-distanciamiento

Además de ser consciente de la ilusión de transparencia, puedes reducir aún más su influencia en ti mediante el uso de técnicas de auto-distanciamiento, que te ayudarán a reducir el sesgo egocéntrico que promueve la ilusión de transparencia en primer lugar.

Hacer esto implica crear una distancia psicológica cuando intentas estimar cuán bien las demás personas pueden leerte. Puedes crear esta distancia intentando imaginar vívidamente cómo te observan los demás, desde una perspectiva diferente a la tuya.

Dicha perspectiva puede ser cualquier cosa que no sea una perspectiva en primera persona, lo que significa que puedes intentar verte directamente desde la perspectiva de otra persona, o puedes intentar verte desde una perspectiva externa generalizada. Cuanto más te comprometas a intentar ver las cosas desde una nueva perspectiva, más claramente podrás pensar en ti mismo de manera imparcial, así que intenta visualizar esta perspectiva externa lo mejor que puedas.

Este enfoque para deshacerse del sesgo de la ilusión de transparencia es especialmente útil, ya que es muy fácil de implementar. Por lo tanto, si te encuentras en una situación en la que te sientes nervioso y necesitas un impulso de confianza, tómate un momento para relajarte e intenta recordar que es probable que la ilusión de transparencia te esté haciendo sentir más ansioso de lo necesario.

Obtener retroalimentación de los demás

Otra cosa que puedes hacer para ayudarte a interiorizar cómo te afecta la ilusión de transparencia es pedir retroalimentación a las personas en las que confías.

Específicamente, puedes preguntarles qué tan bien pudieron detectar tus pensamientos y emociones en casos específicos en los que tienes dudas, como durante una presentación pública. Dado que generalmente sobre-estimarás su capacidad para "leer" tu estado interno durante esos momentos, obtener retroalimentación real puede ayudarte a ver cuánto te afecta la ilusión de transparencia, lo cual te ayudará a tenerlo en cuenta de manera más efectiva.

Utilice técnicas generales de desbiasización

Además de las técnicas mencionadas anteriormente, existen otras técnicas de desesgadura que puede utilizar para mitigar la ilusión de transparencia. Estas técnicas incluyen, por ejemplo, ralentizar su proceso de razonamiento y crear condiciones óptimas para el pensamiento racional.

Contabilidad de la ilusión de transparencia

Ahora que estás familiarizado/a con la ilusión de transparencia y entiendes cómo y por qué afecta a las personas, puedes tener en cuenta esto en tu propio proceso de pensamiento, así como en el proceso de pensamiento de los demás. A continuación, se presentan algunos ejemplos de los beneficios específicos que puede tener la contabilidad de la ilusión de transparencia en diversas situaciones.

Aumento de confianza durante actividades sociales

Como vimos anteriormente, simplemente ser consciente de la ilusión de transparencia puede permitirte dar discursos con más confianza.

Sin embargo, los beneficios de tener en cuenta este sesgo cognitivo no se limitan solo a hablar en público. Más bien, comprender que otras personas no siempre pueden darse cuenta de si te sientes nervioso o ansioso puede ayudarte a sentirte más seguro y menos cohibido en general, independientemente de la actividad en la que participes, siempre y cuando haya otras personas involucradas.

Ocultar mentiras e identificar mentirosos

Como vimos antes, debido a la ilusión de la transparencia, los mentirosos a menudo asumen que la persona a la que le están mintiendo puede darse cuenta de que están mintiendo, incluso cuando no pueden. Puedes aprovechar este fenómeno de dos maneras:

  • Si eres tú quien miente, puedes recordar que probablemente estás sobreestimando lo obvias que son tus mentiras para la persona a la que le estás mintiendo, lo cual podría ayudarte a relajarte y mentir de manera más efectiva.
  • Por otro lado, si sospechas que alguien te está mintiendo pero no estás seguro, puedes recordar que probablemente sienten que su mentira es más obvia para ti de lo que realmente es, y utilizar esto para presionarlos y hacer que revelen la verdad.

Better negotiation skills

In negotiations, the illusion of transparency causes people to believe that their motives and intentions are more transparent to the other negotiators than they actually are. Similarly to lying, there are two main ways in which you can take advantage of this phenomenon:

  • Understanding that you are probably overestimating how obvious your thoughts are to the person you are negotiating with can help you relax and maintain your position more confidently.
  • Conversely, knowing that the other person is probably overestimating how well you can read them can help you pressure them, and will therefore give you an advantage in the negotiation process.

Mejor comunicación en las relaciones

Los conocimientos sobre el efecto de la ilusión de transparencia en las negociaciones también tienen importantes implicaciones para la comunicación en las relaciones. Esto se debe a que en las negociaciones informales, como elegir un lugar para comer o decidir si seguir una relación romántica, es posible que la otra persona no esté tan consciente de tus preferencias como crees que está.

Esto significa que la persona con la que estás a menudo no puede saber lo que realmente quieres a menos que lo expreses directamente, incluso si estás seguro de que pueden hacerlo. Debido a esto, debes tener en cuenta lo siguiente:
  • No siempre asumas que otras personas pueden saber lo que quieres basándose en insinuaciones implícitas. Si no estás seguro de que la otra persona sepa lo que quieres, entonces expresa explícitamente lo que quieres o utiliza insinuaciones menos sutiles.
  • Comprende que otras personas pueden pensar que están siendo obvias acerca de lo que quieren, cuando en realidad están utilizando insinuaciones demasiado sutiles. Si crees que este puede ser el caso, entonces pregúntales explícitamente qué quieren o intenta tener en cuenta esta sutileza al interpretar sus acciones.
  • Cuando cada persona en una negociación asume que están compartiendo más de lo que las demás personas involucradas (porque piensan que todos los demás pueden leer fácilmente sus intenciones), pueden terminar cerrándose si sienten que la situación no es justa. Esto puede llevar a una espiral descendente problemática, donde todos siguen reteniendo cada vez más. Reconoce las situaciones en las que esto ocurre e intenta resolverlas abordando el problema abiertamente.
Ten en cuenta que estos consejos sobre cómo tener en cuenta la ilusión de transparencia son relevantes para todo tipo de relaciones, desde las de tu vida personal hasta las de tu lugar de trabajo.

El papel de la ilusión de transparencia en general

En general, las personas pueden verse influenciadas por la ilusión de transparencia en una amplia variedad de situaciones en las que interactúan con otras personas de alguna manera. Esencialmente, este sesgo cognitivo juega un papel cada vez que alguien asume que su estado emocional es más obvio para los demás de lo que realmente es.

Recordar esto y no asumir automáticamente que los demás pueden saber lo que piensas o cómo te sientes puede ayudarte a ganar más confianza y comunicarte de manera más efectiva con los demás. Además, comprender que otras personas también pueden verse influenciadas por este sesgo cognitivo puede ayudarte a evitar muchos problemas comunes de comunicación y darte ventaja en ciertas situaciones.

Resumen y conclusiones

  • La ilusión de la transparencia es un sesgo cognitivo que hace que las personas sobreestimen el grado en que sus pensamientos y emociones son evidentes para los demás.
  • La ilusión de la transparencia puede hacer que creamos que una audiencia puede darse cuenta de lo nerviosos que estamos cuando damos una charla pública, o asumir que otras personas saben exactamente lo que estamos pensando durante una negociación.
  • La ilusión de la transparencia ocurre porque estamos tan acostumbrados a tener acceso completo a nuestras emociones y pensamientos, que nos cuesta recordar que otras personas no tienen un acceso similar a ellos.
  • Comprender cómo la ilusión de la transparencia afecta tu estado mental puede ser beneficioso, ya que recordarte a ti mismo que tus emociones no son tan obvias para los demás como crees intuitivamente puede ayudarte a tener más confianza y a comunicarte mejor con los demás.
  • Comprender cómo la ilusión de la transparencia afecta a otras personas también puede ser beneficioso, ya que puede ayudarte a evitar diversos problemas de comunicación y, en situaciones como negociaciones, puede darte ventaja si logras que los demás crean que puedes leer su estado emocional.

jueves, 20 de julio de 2023

La búsqueda de identidad y vocación del introvertido


La cuestión ya está resuelta: los introvertidos y los extrovertidos son dos criaturas muy diferentes. Por supuesto, el hecho de que estés leyendo esto sugiere que probablemente ya lo sabías. Pero reconocer esta bifurcación fundamental de la personalidad humana no equivale a una comprensión profunda o útil de ella. Como en cualquier área de estudio, debemos estar dispuestos a profundizar para obtener las perlas de sabiduría que la tipología de la personalidad tiene para ofrecer.

Dicho esto, sería deshonesto sugerir que este artículo será una análisis completo del introvertido y el extrovertido. De hecho, mi plan es relegar a los extrovertidos, que generalmente están en el centro del escenario, al trasfondo de nuestro análisis (¡lo siento, extrovertidos!), utilizando principalmente la extraversión como herramienta de contraste para comprender mejor a los introvertidos. Nuestra discusión sobre los introvertidos también será circunscrita, centrándose principalmente en sus principales preocupaciones existenciales (por ejemplo, su búsqueda de su ser central y su propósito) y dilemas (que resumiremos como un solo dilema).

Si alguna vez has escrito una tesis o un artículo científico, probablemente estés familiarizado con la sección llamada "declaración del problema". Si bien esta declaración puede consistir en una o dos frases, generalmente va precedida de una revisión sustancial de la literatura que proporciona el trasfondo y el contexto necesarios para comprenderla. De manera similar, en esta discusión, exploraremos el contexto que rodea las principales preocupaciones existenciales de los introvertidos. No nos enfocaremos tanto en resolver esas preocupaciones como en describir su naturaleza y condiciones. Después de todo, encontrar buenas soluciones requiere primero una comprensión sólida del problema en sí.

La personalidad introvertida

Como cualquier otra característica de la personalidad, hay infinidad de formas de definir y medir la introversión, como el nivel de timidez o la necesidad de tiempo a solas. Sin embargo, para nuestros propósitos, abordaremos principalmente la introversión desde la perspectiva de Jung.

Jung veía la introversión y la extraversión como direcciones opuestas para canalizar los recursos mentales de uno. Específicamente, veía a los introvertidos como personas que preferían dirigir y mantener su enfoque hacia adentro, mientras que los extrovertidos tendían a orientar su mirada hacia afuera. En resumen, él veía la distinción I-E como una cuestión de interior frente a exterior.

Es igualmente importante destacar que Jung no se quedó solo con la distinción básica introvertido-extrovertido, sino que sintió necesario introducir dos dicotomías más en la mezcla: pensamiento (T) - sentimiento (F) y sensación / percepción (S) - intuición (N). Además, vio que cada una de estas operaba en una dirección específica E-I, lo que lo llevó a plantear las siguientes ocho funciones:

  • Pensamiento extrovertido (Te)
  • Sentimiento extrovertido (Fe)
  • Intuición extrovertida (Ne)
  • Sensación extrovertida (Se)
  • Pensamiento introvertido (Ti)
  • Sentimiento introvertido (Fi)
  • Intuición introvertida (Ni)
  • Sensación introvertida (Si)

Jung definió sus ocho tipos de personalidad (más tarde ampliados a 16 por Myers-Briggs) de acuerdo con estas ocho funciones. Por ejemplo, una persona que utilizaba principalmente el pensamiento de una manera dirigida hacia adentro era clasificada como pensador introvertido. Por lo tanto, Jung veía a los introvertidos como personas que dependían de una forma de pensamiento, sentimiento, intuición o sensación dirigida hacia adentro.

Las implicaciones de la interioridad

Debido a su propensión a mirar hacia adentro, los introvertidos son más independientes y autosuficientes cuando se trata de orientación e introspección. Tienen inclinación a confiar en sí mismos, en sus propios pensamientos, sentimientos, intuiciones o sensaciones, más que en fuentes externas. Es por eso que Jung asoció la introversión con la subjetividad. En su opinión, los introvertidos dependían en gran medida de percepciones y juicios subjetivos (por lo que se refería a la percepción y juicio derivados internamente).

Los extrovertidos, en cambio, están más inclinados a juzgar y percibir a través de datos y criterios externos. Buscan a otros o al mundo que les rodea para conocer las últimas tendencias, ideas y prácticas. Perciben que la fuerza está en los números, y se esfuerzan por mantenerse al tanto de lo que es popular y ampliamente respaldado.

El filósofo danés Søren Kierkegaard, en su obra "Sobre la dedicación a ese individuo único", entendió claramente la realidad y la importancia de estos dos enfoques diferentes: "Hay una visión de la vida que sostiene que donde está la multitud, también está la verdad... Hay otra visión de la vida que sostiene que donde está la multitud, allí está la falsedad". Él mismo era introvertido, y no le gustaba seguir a la multitud. Los introvertidos son mucho más reacios a seguir el sentimiento popular o subirse al último tren. Creen que las personas pueden ser fácilmente engañadas y pueden no reconocer la diferencia entre la verdad y las apariencias.

Como destaca Susan Cain en su libro "El poder de los introvertidos en un mundo incapaz de callarse", también se sabe que los introvertidos se reservan tiempo para la reflexión personal y la exploración de sus propios intereses. Durante su tiempo a solas, los introvertidos tienen una oportunidad especial de considerar quiénes son independientemente del mundo exterior. También es el momento en el que descubren sus intereses excéntricos, no convencionales o esotéricos que pueden hacer que los llamen "nerds" o "geeks".

La búsqueda de identidad del introvertido

Bien, aquí es donde las cosas comienzan a ponerse especialmente interesantes. Debido a la tendencia de los introvertidos a mirar hacia adentro e ir en contra de la corriente, se enfrentan al problema de la identidad mucho antes en la vida que los extrovertidos.

Para los jóvenes extrovertidos, las cosas son bastante simples y directas: sé quien necesitas ser para encajar; simplemente refleja y imita al mundo exterior. Los introvertidos, en cambio, están menos interesados en reflejar el mundo exterior y en cambio aspiran a reflejar y expresar su ser interno.

La primera tarea de los introvertidos es entender y, hasta cierto punto, definir quiénes son. Por supuesto, los extrovertidos también se definen a sí mismos, pero sus definiciones están sujetas a cambios según el tiempo y las circunstancias. Los introvertidos se esfuerzan por definirse a sí mismos independientemente de su entorno. Creen que tienen un "ser central" único e inmutable, uno que se mantiene constante y coherente independientemente del tiempo y el lugar. Desafortunadamente, entender y definir su ser central a menudo resulta más desafiante de lo que anticipan. Muchos descubren que lleva años, a veces décadas, cristalizar su concepto de sí mismos de manera satisfactoria y duradera.

Pero, ¿por qué es tan importante para los introvertidos entender y definirse a sí mismos? Es importante porque algo dentro de ellos les dice que deben encontrar su propio camino. Para los introvertidos, la idea de seguir ciegamente las prescripciones de la sociedad equivale a rechazarse a sí mismos. Se siente como sacrificar su individualidad por el bien de la máquina colectiva, como vender su alma. Reacios a seguir la manada, se sienten obligados a abrir su propio camino. Eso está bastante claro.

Pero ¿dónde y cómo deben comenzar a pavimentar ese camino? ¿Deberían ir hacia el este o el oeste? Aquí es donde una buena dosis de autoconocimiento comienza a parecer imperativa. Es casi como si su búsqueda de dirección y su búsqueda de sí mismos fueran de la mano. ¿Por qué? Porque para los introvertidos, el ser central es el mapa. Es un mapa de quiénes son, que proporciona pistas críticas sobre la dirección que necesitan tomar. Por lo tanto, la pregunta clave para los introvertidos (especialmente al principio de la vida) es: ¿Cómo puedo conocerme o definirme mejor?

La autenticidad es otra de las preocupaciones más importantes de los introvertidos. En pocas palabras, la autenticidad significa mantenerse fieles a sí mismos, incluso ante la presión para actuar de otra manera. Para el observador, los introvertidos pueden parecer poseer una rebeldía o terquedad sutiles pero reales, la sensación de que no pueden ser influenciados o movidos desde afuera, especialmente si deben comprometer sus valores o principios fundamentales. Desde el punto de vista de los introvertidos, sin embargo, mantenerse firmes no es tanto un acto de rebelión como un acto de autenticidad, de ser verdaderos y leales a sí mismos.

Dicho esto, la autenticidad es un concepto bastante vacío sin un claro sentido de sí mismo. Sin el ser central, no hay nada que seguir, nada que representar. Entonces, aunque la autenticidad es indudablemente importante, determinar el autoconocimiento sigue siendo la primera y más importante prioridad del introvertido.

El momento de la verdad

Si bien la infancia ciertamente trae sus propios desafíos para los introvertidos, su período más complicado de la vida suele ser al principio y mediados de la edad adulta.

Cuando son niños, muchas cosas están preestablecidas. Tienen poca opción más que asistir a la escuela y seguir el camino de sus padres. Pero las cosas cambian, a menudo de manera significativa, cuando ya no se encuentran bajo el ala de sus padres. Una vez que están por su cuenta, los introvertidos se enfrentan a un vasto mar de opciones y posibilidades. No solo ven innumerables oportunidades para nuevas experiencias, sino también una variedad de identidades y vocaciones potenciales. Aunque los introvertidos pueden soñar o fantasear con tener completa libertad, intentar navegar por las casi infinitas opciones de la edad adulta puede dejarlos sintiéndose paralizados o abrumados. Algunos incluso pueden sentirse deseosos de regresar a la facilidad y comodidades de la infancia. Pero solo pueden rememorar por un tiempo antes de que la realidad les exija que enfrenten su estado actual de asuntos. Y esto significa volver a enfrentar sus preguntas más apremiantes: ¿Quién soy? ¿Qué debo estar haciendo? ¿Qué quiero de la vida? Si solo pudieran responder esas pocas preguntas, sienten que las cosas serían más fáciles. Si solo pudieran ignorar el ruido del mundo y escuchar su propia voz, podrían avanzar con mayor confianza y convicción.

La decisión de "encontrarse a sí mismos" es importante para los introvertidos. No solo puede servir como un punto focal muy necesario para su atención y energías, sino también como una fuente de fortaleza, consuelo, esperanza y vitalidad. El sentimiento básico detrás de su búsqueda del yo va algo así: "No importa cuán malas o confusas sean las cosas en este momento, una vez que me encuentre a mí mismo, las cosas mejorarán". Solo este pensamiento puede servir como un baluarte contra muchas de las tormentas y desafíos que enfrentan en la edad adulta.

La "tensión E-I"

Hasta ahora, hemos pintado a los introvertidos (y extrovertidos) de manera bastante monocromática con el fin de resaltar sus propensiones centrales. Lo que aún no hemos discutido es el hecho de que los introvertidos tienen necesidades y deseos extravertidos que también deben tenerse en cuenta en su toma de decisiones.

Tipológicamente, estos elementos extravertidos están representados por las funciones auxiliares e inferiores de los introvertidos. Todos los tipos introvertidos usan cuatro funciones principales en el siguiente arreglo:

  • Dominante: una función introvertida (por ejemplo, Ni)
  • Auxiliar: una función extravertida (por ejemplo, Fe)
  • Terciaria: una función introvertida
  • Inferior: una función extravertida

A modo de ejemplo, considera las cuatro funciones utilizadas por el INTP:

  • Función dominante: pensamiento introvertido (Ti)
  • Función auxiliar: intuición extravertida (Ne)
  • Función terciaria: sensación introvertida (Si)
  • Función inferior: sentimiento extravertido (Fe)

Aquí vemos que, aunque los INTP introvierten sus funciones de pensamiento (Ti) y sensación (Si), extravierten sus funciones de intuición (Ne) y sentimiento (Fe). Lo que esto significa, en el contexto de nuestra discusión, es que hay partes muy reales del INTP (es decir, sus funciones Ne y Fe) que están diseñadas para operar de manera extravertida. Además, si las necesidades de estas partes no se satisfacen adecuadamente, los INTP pueden sentirse incompletos e insatisfechos con sus vidas. Lo mismo se aplica a todos los introvertidos con respecto a sus funciones auxiliares e inferiores.

Hablando en términos generales, las funciones extravertidas impulsan a los introvertidos a considerar su relación con los demás y el mundo en general, incluida la forma en que los demás los perciben. Más específicamente, sus funciones E pueden inspirarlos a perseguir sueños de estatus, riqueza, fama, amor o armonía colectiva. Estas preocupaciones extravertidas a menudo entran en conflicto directo con las de sus funciones introvertidas, lo que genera un profundo sentimiento de tensión e incompatibilidad interna. Cuando sus funciones extravertidas llaman a la puerta, los introvertidos se ven obligados a considerar un rango más amplio de factores y valores. Esto interrumpe su agenda introvertida y los impulsa a dirigir su mirada hacia un mundo menos familiar y menos cómodo.

Sin importar lo duro o intimidante que a veces pueda parecer, el mundo extravertido también puede ser una fuente de gran intriga y deleite para el introvertido típicamente contenido. A los introvertidos les puede resultar refrescante (al menos por un tiempo) perderse en la acción, la conversación, la cultura o las sensaciones novedosas. No solo estas experiencias pueden ser enriquecedoras y energizantes en el momento, sino que también pueden servir como materia prima para futuros períodos de contemplación. Por lo tanto, la mayoría de los introvertidos llegan a apreciar cómo la extraversion, especialmente en moderación, puede informar y enriquecer sus vidas.

Para recapitular lo que hemos cubierto hasta ahora, aquí hay algunas de las lecciones clave que los introvertidos aprenden al principio de la edad adulta:

El número de opciones, posibilidades y problemas en el mundo puede ser intimidante y abrumador.

La búsqueda del ser puede ser un antídoto útil para esto, proporcionando un renovado sentido de control, esperanza, propósito y enfoque.

El compromiso extravertido puede servir como un refrescante contraste con su modo típico de funcionamiento.

Si bien estos conocimientos son indudablemente de gran utilidad y valor para los introvertidos, hay al menos un elefante en la habitación que aún no hemos discutido: los resultados.

Resultados

¿Cómo evaluamos el éxito de nuestras vidas, relaciones y trabajo? Evaluamos el grado en que la realidad de nuestras vidas se ajusta a nuestros ideales y expectativas. Pero en realidad, hay dos tipos de realidad, dos conjuntos de criterios muy diferentes para evaluar los resultados. Hay un enfoque introvertido y un enfoque extravertido.

El enfoque introvertido es característicamente subjetivo. Desde esta perspectiva, el éxito o el valor se determinan de manera relativa al yo. Entonces, si un introvertido está personalmente satisfecho con un resultado dado, se considera exitoso, independientemente de cómo respondan los demás. El enfoque se centra en el valor intrínseco, la satisfacción experimentada por el individuo independientemente de las consideraciones externas.

El enfoque extravertido, como probablemente habrás adivinado, utiliza criterios externos para evaluar el valor y el éxito. La noción de que "el mercado determina el valor" es un buen ejemplo de este tipo de pensamiento. En otras palabras, desde la perspectiva extravertida, el valor se establece y determina externamente y de manera colectiva. Es, en efecto, una decisión grupal.

A la luz de la tensión E-I que hemos descrito anteriormente, los introvertidos (y extrovertidos) pueden tener dificultades para navegar entre estos dos enfoques. Si crees que podrías estar satisfecho con un enfoque estrictamente introvertido, considera esta pregunta: ¿Cambiaría tu motivación para practicar tu pasión si supieras que nadie más la vería, valoraría o reconocería?

Ahí está la dificultad. Sin alguna perspectiva de recompensas extravertidas, los introvertidos pueden sentirse apáticos y sin energía. Pueden luchar por encontrar la motivación para actuar, tal vez atormentados por el pensamiento: "¿Por qué siquiera debería molestarme?" La verdad es que incluso los introvertidos más fuertes desean que sus vidas y su trabajo sean valorados por los demás.

También es cierto para muchos introvertidos que, una vez que prueban el dulce néctar del éxito extravertido, puede ser difícil no querer más. De hecho, no hay escasez de introvertidos deseosos de poder, fama o riqueza. Estas cosas pueden ser muy adictivas, como la droga para el ego.

Pero ninguna adicción está exenta de riesgos y peligros. Los introvertidos enfocados en la búsqueda de ganancias externas ponen en riesgo su alma y su autenticidad. Aunque puede sentirse bien por un tiempo, eventualmente pueden encontrarse cargados de sentimientos de culpa o pensamientos nihilistas.

Para evitar las posibles trampas asociadas con el enfoque en los resultados extravertidos, los introvertidos pueden compensar haciendo todo lo posible para asegurar la pureza introvertida de su trabajo. Pueden intentar eliminar los ideales extravertidos de su conciencia o someterse a estrictos regímenes de comportamiento. Pero incluso entonces, en algún momento, deben abordar ciertas preocupaciones clave extravertidas.

Esto nos lleva al siguiente dilema.

Dilema del introvertido

Para los introvertidos, el dilema más complicado de todos es la tensión entre lo que Jung llamó "la existencia social" y "la vida propia".

"Existencia social" se refiere a cómo los introvertidos deben ganarse la vida y navegar por el mundo exterior. "Vida propia", en cambio, se refiere a su camino interior, su búsqueda de autenticidad y su necesidad de estar en sintonía con su ser central. Estos dos aspectos de la vida son ciertamente compatibles en algunos aspectos, pero también están sujetos a tensiones y conflictos frecuentes.

El dilema se presenta de la siguiente manera: ¿Cómo pueden los introvertidos satisfacer las demandas y expectativas del mundo exterior mientras mantienen su autenticidad y se mantienen fieles a sí mismos?

En la vida cotidiana, los introvertidos pueden sentirse arrastrados por estas dos fuerzas opuestas. Por un lado, sienten la necesidad de demostrar su valía y éxito en términos extravertidos. Pero por otro lado, se resisten a cambiar su naturaleza introvertida y se resisten a comprometer su autenticidad. La lucha entre estas dos fuerzas puede ser desgarradora y debilitante.

Es posible que los introvertidos se sientan tentados a sacrificar parte de su identidad o su búsqueda interior para tener éxito en el mundo exterior. Pueden sentir que no tienen otra opción y que deben aceptar las reglas del juego para tener éxito. Esto puede conducir a la alienación, la ansiedad y una sensación de pérdida de sí mismos. También puede conducir a una especie de "crisis de identidad" en la que los introvertidos se preguntan quiénes son realmente y qué están haciendo con sus vidas.

Por otro lado, si los introvertidos se resisten completamente a las demandas del mundo exterior, pueden enfrentar dificultades económicas, relaciones tensas y una falta de reconocimiento por su trabajo y esfuerzo. También pueden sentirse desconectados del mundo y aislados de los demás, lo que puede llevar a la depresión y la soledad.

No hay una respuesta fácil a este dilema, ya que cada introvertido debe encontrar su propio equilibrio entre la existencia social y la vida propia. Algunos introvertidos pueden descubrir que necesitan encontrar trabajos y relaciones que se alineen con su naturaleza introvertida y les permitan ser auténticos. Otros pueden descubrir que necesitan aprender a adaptarse y desarrollar habilidades extravertidas para sobrevivir en el mundo exterior. La clave es encontrar un camino que les permita mantener su autenticidad y satisfacer sus necesidades básicas de subsistencia y conexión con los demás.

En última instancia, el dilema del introvertido es un recordatorio de que la vida es compleja y que no hay respuestas fáciles o soluciones rápidas. Cada uno de nosotros, introvertido o extrovertido, debe encontrar nuestro propio camino y equilibrio en un mundo que a menudo parece abrumador y contradictorio. Y aunque pueda ser difícil y desafiante en ocasiones, también es una oportunidad para crecer, aprender y encontrar un mayor significado y propósito en la vida.

martes, 18 de julio de 2023

El punto del Existencialismo



Entiendo que la filosofía foránea no resulte muy atractiva en primera instancia, pero si hay una rama de la filosofía que emana una sutil energía sexual, es el existencialismo. La corriente de pensamiento ideada por algunos elegantes franceses mientras bebían cócteles y fumaban sin parar en cafeterías de moda. Desecha toda esa aburrida lógica para reflexionar sobre la libertad radical, la responsabilidad y un mundo sin Dios. Esto lo hace bastante atractivo para aquellos de nosotros que preferimos la vida de café a la vida de biblioteca. También es la razón por la cual hemos hablado tanto de ello a lo largo de los años. Gran parte de nuestros medios favoritos exploran ideas como la libertad, la identidad y la falta de un significado consistente. Oye, si tu madre y yo tuviéramos que compartir la custodia, ¿a quién elegirían ustedes? No importa. Y el existencialismo es la herramienta perfecta para comprender estos temas más profundos. Pero este descarado amor por la filosofía francesa corre el riesgo de ignorar el hecho de que el existencialismo también tiene muchos problemas y críticos, especialmente aquellos que desconfían de la idea de que todos realmente tenemos una libertad radical. Los existencialistas han sido criticados por otros filósofos, escritores, teóricos políticos e incluso teólogos. Pero nadie ha sido más duro con el existencialismo que los propios existencialistas. Lo cual tiene sentido, porque ¿no somos todos nuestros críticos más severos? Entonces, ¿tiene el existencialismo todavía un uso en el año de nuestro señor 2023? ¿Los pensadores que idearon esta corriente de pensamiento aún la respaldan, o fue simplemente un momento de moda alimentado por beber durante el día?

Para hablar realmente del existencialismo, debemos retroceder un poco, ya que surgió en gran medida como respuesta a algunos estilos de pensamiento que lo precedieron, especialmente el idealismo y el racionalismo. Ahora, la esencia básica tanto del idealismo como del racionalismo es que la realidad es una estructura comprensible que se puede conocer mediante la razón. Piensa en alguien como Descartes. Aquí, con el idealismo, especialmente de la variedad alemana, este pensamiento va más allá, argumentando que hay una estructura coherente e ideal que se aplica tanto al mundo objetivo (que es la naturaleza y las cosas que están fuera de nuestra humanidad) como al mundo subjetivo (cosas como la conciencia humana). Esencialmente, tu subjetividad comparte el mismo ADN que la realidad objetiva, y los dos pueden entonces conciliarse en una gran cosa mediante lo que Hegel llama el "proceso del espíritu".

Ahora, es importante señalar que si nuestra conciencia y la realidad comparten la misma estructura, entonces todo se vuelve más o menos conocible mediante el pensamiento reflexivo. Y puedo hacer todo esto desde la comodidad de mi sala de estar, lo que podría llevar a considerar que la reflexión es más importante que la acción, y que pensar en términos de razón objetiva podría ser más importante que pensar en mí mismo como un sujeto individual específico.

Ahora, Kierkegaard estaba en la universidad mientras este tipo de pensamiento estaba de moda, y aunque fue influenciado por el idealismo, le preocupaba que esta forma de pensar tratara la vida, la existencia y la subjetividad individual como estructuras conceptuales que debían entenderse en términos racionales y lógicos. Y estaba especialmente preocupado de que el idealismo convirtiera la religión, algo que él consideraba fundamentado en la fe, en algo totalmente lógico. Esto lo llevó a apartarse de la reflexión objetiva y a enfatizar el pensamiento subjetivo y categorías como el individuo único, la fe y la decisión.

Para Kierkegaard, no podemos simplemente sentarnos y pensar en las cosas todo el día con la esperanza de hacerlo bien. Necesitamos correr riesgos y dar saltos de fe para crear nuestra propia subjetividad. Y aunque no era un existencialista autoproclamado, el trabajo de Kierkegaard fue el modelo del siglo XIX para lo que seguiría. Y lo que siguió fue el existencialismo propiamente dicho, una sensibilidad filosófica que surgió en París en la década de 1930. Ahora, la mayoría de los primeros existencialistas escribieron no solo trabajos académicos formales, sino también obras de teatro y novelas. El existencialismo fue particularmente propicio para la expresión creativa porque se centraba en la experiencia vivida del individuo, su pasión, ansiedad y emociones. Es también la razón por la cual las películas de hoy en día aún exploran estos temas todo el tiempo.

El grupo inicial de existencialistas incluía a personas como Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Albert Camus y Maurice Merleau-Ponty. Si bien todos son merecedores de sus propias publicaciones en mi blog, comencemos con Sartre, quien famosamente dio al movimiento existencialista su lema inicial: "La existencia precede a la esencia". La idea aquí es que eres quien eres no debido a estructuras inherentes o predeterminadas, sino debido a tu propia existencia. Y aunque esta libertad puede parecer atractiva, también genera ansiedad porque significa que somos totalmente responsables de quiénes somos y de lo que hacemos.

Sartre llamó a la negación de esta libertad fundamental "mala fe", una especie de autoengaño performativo mediante el cual intentamos actuar como si no fuéramos libres. Como el famoso ejemplo de Sartre, que es el de un camarero que actúa como si esperar mesas fuera su destino. Él simplemente es un camarero. Ahora bien, si bien gran parte de esto se alinea con Kierkegaard, Sartre y sus compañeros de copas llevaron las cosas en una dirección más atea, describiendo el existencialismo como "nada más que un intento de extraer todas las conclusiones de una posición consistentemente ateísta". Pero no se trata del tipo de ateísmo enojado de un adolescente del que hablamos en nuestro reciente video sobre el nihilismo. Es un proyecto ontológico que reflexiona sobre lo que significa si no hay Dios.

Sartre continúa diciendo: "En este sentido, el existencialismo es optimista. Es una doctrina de acción porque si no hay Dios y solo estamos nosotros, entonces somos responsables de lo que hacemos de nosotros mismos en el mundo, y somos responsables de la creación de significado". Por ejemplo, vemos este tipo de ambiente en películas recientes como "Everything Everywhere All at Once" y "Spider-Man: Across the Spider-Verse", donde no hay una realidad coherente y determinada, y las elecciones individuales terminan dando forma tanto a la subjetividad como al mundo. Todo es simplemente una reordenación aleatoria de partículas y una superposición vibrante.

Ahora bien, para algunos, esta versión del existencialismo es atractiva porque enfatiza nuestra propia libertad y responsabilidad. Pero otros pueden verla como insuficiente, sin preocuparse por los aspectos concretos de la existencia. Porque seguramente alguien nacido en una familia adinerada en un país desarrollado no tiene la misma libertad que un huérfano que vive en la pobreza en el mundo en desarrollo. Y sería absurdo decir que todos somos igualmente libres cuando cosas como el color de piel, la orientación sexual y el acceso a la riqueza pueden determinar drásticamente nuestras posibilidades. Y por eso es crucial el trabajo de otra existencialista, Simone de Beauvoir.

De Beauvoir era más consciente de que factores biológicos y sociales pueden limitar nuestra subjetividad y libertad, lo cual tiene sentido ya que era la única mujer en el grupo inicial de existencialistas que vivía en un mundo extremadamente patriarcal y misógino. En su libro "La ética de la ambigüedad", explora la aparente contradicción entre el énfasis de Sartre en la libertad radical y las limitaciones y restricciones de las circunstancias materiales. Ella escribe: "Sin embargo, el hombre no crea el mundo; tiene éxito en descubrirlo solo a través de la resistencia que el mundo le opone". En otras palabras, nuestra acción libre siempre se lleva a cabo contra la resistencia de un mundo de actividad. Por ejemplo, solo cuando no puedes permitirte los mejores cortes del cerdo, creativamente encuentras la manera de usar los restos para crear la gloriosa salchicha. Luego aplicó este pensamiento a una pregunta que, casi 100 años después, a nadie le importa realmente: la distinción entre sexo y género. Estoy bromeando, a mucha gente le importa mucho, especialmente en América. No está bien, hay cosas mejores de las que preocuparse, y es como "¿Qué estamos haciendo?" Creo que esa es mi actitud hacia la mayor parte del discurso político y cultural en 2023. Es simplemente como, "¿Qué estamos haciendo?"

En su libro "El segundo sexo", escribió que "No se nace mujer, se llega a serlo", aplicando básicamente el lema fundamental del existencialismo, que tu existencia precede a tu esencia, a la cuestión de la identidad de género. Y argumenta que el sexo biológico no determina el género, el cual se moldea mediante la propia existencia. Luego explica por qué las mujeres son el "segundo sexo", ya que el término "hombre" se ha utilizado universalmente para referirse a la humanidad en general. Al referirnos a la humanidad en general, usamos el lenguaje del hombre. Es "un pequeño paso para el hombre"... perdón. Con la mujer siendo algo que es "otro". Esto crea un mundo social y político en el que las mujeres siempre están categoricamente en una posición secundaria y tienen que usar a los hombres o la adyacencia a los hombres para adquirir poder. De esta manera, De Beauvoir adopta un enfoque más social y político del existencialismo, reconociendo que la libertad radical tiene límites y que la sociedad está estructurada de maneras que determinan drásticamente las posibilidades para aquellos sin una identidad universal.

Este proyecto fue desarrollado en la década de 1950 por el psiquiatra y filósofo afrocaribeño Frantz Fanon, quien también se inspiró en Sartre y De Beauvoir y tuvo una relación amistosa con ellos. Ahora bien, se podría argumentar que Fanon llevó la libertad existencialista aún más al conflicto con el mundo real al aplicarla a las cuestiones del racismo y la colonización. Richard Pitthouse describe el trabajo de Fanon como una combinación del existencialismo sartreano y el marxismo. En su libro "Piel negra, máscaras blancas", Fanon describió cómo se había creado la negritud como una categoría completamente distinta a la blancura, al igual que De Beauvoir lo había hecho con la mujer como una otredad en relación al hombre. Argumentó que un sujeto negro colonizado debe utilizar el lenguaje y la cultura de la blancura para obtener reconocimiento social. En otras palabras, una persona negra debe ponerse una máscara blanca para obtener su humanidad a los ojos del colonizador blanco. La solución a esto, en la medida en que la plantea, es básicamente crear un nuevo humanismo que trascienda los cimientos de la blancura y la otredad de la negritud al rechazar esas jerarquías raciales. Como escribe Fanon: "Creemos que un individuo debe esforzarse por asumir el universalismo inherente a la condición humana". En otro texto, "Los condenados de la tierra", Fanon escribe: "Por Europa, por nosotros mismos y por la humanidad, camaradas, debemos comenzar de nuevo, desarrollar una nueva forma de pensar y esforzarnos por crear un nuevo hombre". En otras palabras, para tener una verdadera humanidad universal, no puede ser simplemente que todos participen en la blancura. Necesitamos crear algo completamente nuevo.

Entonces, ¿dónde deja esto a Sartre? ¿Las interpretaciones más radicales del existencialismo de figuras como De Beauvoir y Fanon dejaron atrás su trabajo? ¿O el anciano pudo mantenerse al día con los tiempos cambiantes? Bueno, en una entrevista de 1969, Sartre dijo: "El otro día releí el prólogo de una colección de obras mías y quedé realmente escandalizado. Había escrito: 'Cualesquiera que sean las circunstancias y dondequiera que se encuentre, un hombre siempre es libre de elegir ser un traidor o no'. Cuando leí esto, pensé: 'Es increíble. Realmente creí eso'". Está diciendo que su énfasis anterior en la libertad radical fue demasiado lejos al no reconocer la forma en que las condiciones materiales, sociales y económicas limitan esta libertad, especialmente en relación con las fuerzas políticas. También, nota al margen, creo que es una buena señal cuando un filósofo está dispuesto a cambiar de opinión y criticar su trabajo anterior porque, ¿de verdad me van a decir que tuviste una idea a los 20 años y la vas a repetir para siempre? Eso me demuestra que alguien te está vendiendo una marca y no te está vendiendo una disposición para pensar activamente. Esa es solo una opinión personal.


En los años transcurridos desde que escribió su libro "El ser y la nada" y puso en marcha todo el movimiento existencialista, Sartre experimentó una transformación materialista y se dio cuenta de que su trabajo anterior carecía de una explicación adecuada de cómo las fuerzas materiales, sociales y económicas imponen restricciones reales a nuestra libertad. Y si quieres saber más sobre este tipo de materialismo, echa un vistazo a nuestro video reciente sobre Marx. Esto lo llevó a explorar ideas en torno a la dialéctica y, más específicamente, al materialismo marxista. La dialéctica, que encontramos en Hegel, es la idea de que el pensamiento se desarrolla mediante la antagonía y que las ideas a menudo tienen relaciones dialécticas, lo cual significa básicamente que la fuerza productiva del pensamiento es la contradicción. Pero esto no significa que si quieres pensar en ideas, debes ser un idiota y comenzar debates. Por ejemplo, podríamos decir que la contradicción entre la voluntad de las masas y el gobierno de la monarquía conduce a una idea como la democracia. Sobre esta base, el materialismo marxista argumenta que es la antagonía entre la humanidad y el mundo material lo que da forma a la historia. Esto significa que algo como la rueda no surgió simplemente porque los humanos son muy inteligentes, sino porque experimentaron una antagonía directa entre su deseo de mover cosas pesadas a largas distancias y su incapacidad para hacerlo. O cómo la antagonía entre querer beber cerveza y también querer usar nuestras manos llevó a los humanos a desarrollar un casco de cerveza.

El interés de Sartre por el marxismo parece estar muy lejos de sus días kierkegaardianos de libertad radical y subjetividad, ya que Marx era mucho más un analista social concreto que un aficionado a los saltos de fe radicales. Y en uno de sus textos posteriores, "Búsqueda de un método", Sartre escribe que "Así, Marx, en lugar de Kierkegaard o Hegel, tiene razón, ya que afirma, junto con Kierkegaard, la especificidad de la existencia humana y, junto con Hegel, toma al hombre concreto y su realidad objetiva". Otra forma de decir esto es que el existencialismo clásico estaba atrapado pensando en la experiencia del individuo libre sin tener las herramientas para comprender cómo esta libertad puede ser limitada y moldeada por fuerzas objetivas como el sexismo, el racismo o la clase social. Ahora, Sartre explora esto en su segunda gran obra, "La crítica de la razón dialéctica", que es un libro muy extraño y largo que escribió mientras se inyectaba anfetaminas. Nota del editor: si quieres escribir un buen libro de filosofía, no debes inyectarte anfetaminas. En este libro, escribe: "Mi formalismo, que se inspira en el de Marx, consiste simplemente en reconocer que los hombres hacen historia en la medida en que ella los hace". Esto significa que las relaciones entre los hombres son siempre la consecuencia dialéctica de su actividad. Ahora bien, aunque eso pueda sonar como si lo hubiera escrito alguien que acabara de esnifar 11 rayas de Adderall, tiene un punto. Está diciendo que sí, los humanos somos libres de hacer lo que queramos, pero no somos libres de determinar los factores materiales, sociales y políticos. Piénsalo de esta manera: tienes permitido escuchar tu podcast sin auriculares en el metro, pero no eres libre de impedir que los adolescentes te arrojen piedras. En lugar de decir que es una elección entre la libertad radical y el determinismo material, Sartre cree que la solución es combinar estos elementos como parte de un proceso más amplio. Y al hacerlo, Sartre, De Beauvoir y Fanon terminan argumentando una versión mucho más social y políticamente radical del existencialismo.

Entonces, hoy hemos aprendido mucho, pero ¿por qué todo esto importa? Bueno, si observamos el existencialismo clásico temprano, encontramos mucho énfasis en la subjetividad individual y la responsabilidad. Eres libre de cambiarte a ti mismo como mejor te parezca. Mientras tanto, otras corrientes filosóficas, muchas de las cuales eran bastante antiexistencialistas, se centraban en las condiciones materiales y en cómo podríamos pensar sistemáticamente en cambiar el mundo, con los individuos siendo simplemente actores en ese proceso de transformación. Dicho de otra manera, el existencialismo clásico ofrece un enfoque individualista de la existencia donde "soy responsable de mí mismo y libre de hacer lo que quiera". Pero es menos útil cuando bajas de la montaña y tienes que existir en una sociedad compleja y fracturada llena de fuerzas sociales y materiales que te tiran en nueve direcciones diferentes. Y si las mismas personas que idearon el existencialismo argumentaron que su trabajo anterior no era adecuado para lidiar con la realidad social, política y material compleja en la que estaban comprometidos, entonces debemos preguntarnos si podemos leer su trabajo anterior sin considerar dónde terminó su pensamiento. Y además, podríamos tener que preguntarnos qué significa realmente la libertad en un mundo donde nuestro lugar de nacimiento, el color de piel o la clase económica pueden tener efectos radicalmente diferentes en lo que es posible para nosotros.

Pero, ¿qué opinan ustedes? Me encantaría saberlo en los comentarios. Además, háganme saber si hay otros filósofos o corrientes filosóficas que les gustaría que analizara y explique en el blog.

sábado, 15 de julio de 2023

¿Está la jerga de terapia volviéndonos locos?



Recientemente, ya sea hablando con amigos o viendo uno de mis programas favoritos, no puedo evitar notar cómo todo está empezando a sonar como therapy speak (jerga de terapia). Para mí, como, siento que absorbo mucho la energía de las personas. Podría considerarme algo así como una empática, manipulación, drama, TOC, límites tóxicos, desahogo emocional. Estas palabras solían ser propias de entornos de salud mental profesional, pero ahora se han introducido en la corriente principal y han perdido gran parte de su significado. Esta forma específica de expansión semántica de los términos psicológicos fue denominada "concept creep" por el académico Nick Haslam en 2016 para describir cómo las ideas terapéuticas se ampliaron hasta perder su significado. Ahora bien, durante mucho tiempo hemos negado los complejos problemas que rodean la salud mental, especialmente la importancia y la necesidad de la terapia. Pero en 2023, parece que hemos ido un poco demasiado lejos a nivel social, y muchas conversaciones bien intencionadas ahora corren el riesgo de degenerar en un sinsentido terapéutico. Entonces, ¿cómo pasamos de algo que la gente no discutía en público a algo de lo que la gente no puede dejar de hablar? ¿Está la jerga de terapia volviéndonos locos?

La terapia es una práctica relativamente nueva, así que hablemos de cómo llegamos desde diagnosticar a alguien con posesión demoníaca hasta tratar la depresión con la TCC, es decir, terapia cognitivo-conductual. A finales del siglo XIX, el Dr. Sigmund Freud descubrió que ciertos trastornos podían tratarse hablando de ellos en lugar de solucionarlos con tratamientos médicos. Hipotetizó que todos tenemos un subconsciente donde residen pensamientos, recuerdos y motivos inaceptables, desconocidos para la mente consciente. Ya sabes, como pensar que tu mamá está buena. Odiar irracionalmente a tu maestro de primer grado. La idea del subconsciente dio lugar al campo del psicoanálisis. Freud desarrolló un conjunto de teorías y técnicas terapéuticas que trataban la mente inconsciente, incluida la terapia verbal. Luego, en la década de 1950, el sobrino de Freud, Edward Bernays, iluminó la Avenida Madison con su propia versión del psicoanálisis. Bernays creía que la psicología humana podía utilizarse para impulsar el comportamiento del consumidor, y lo demostró con legendarias campañas publicitarias, como cuando animó a las mujeres a fumar presentando los cigarrillos como "antorcha de libertad". Si estás pensando en Don Draper de Mad Men, sí, es básicamente así. Todos los demás tabacos son venenosos, Lucky Strikes están tostados. El éxito de las campañas de Bernays cambió la disposición de las agencias de marketing para utilizar el psicoanálisis como una herramienta para dar forma o manipular el comportamiento del comprador. Finalmente, teníamos un incentivo financiero para comprender el cerebro humano.

Avancemos rápidamente hasta la década de 1970, y el campo de la psicología y las técnicas del psicoanálisis despegaron con el auge de los baby boomers. En general, la década de 1970 vio un aumento en el énfasis en el yo. Quiero decir, los baby boomers no eran llamados la "Generación Yo" por nada. Verás, para el verano de 1971, gran parte de la psicodelia y el activismo político asociados con la contracultura de los años 60 habían desaparecido, dejando a los jóvenes sin una fuente de significado. Si quieres saber más sobre la cultura psicodélica de los años 60, tenemos algunos videos recientes al respecto. Puedes echarles un vistazo. Ellos respondieron dirigiendo el ethos de los años 60 hacia adentro, a través de cosas como hacer ejercicio, comida saludable y sí, psicoanálisis. Coincidiendo con lo que se conoce como el período de refinamiento de la psicología, luego en los años 80, Oprah impregnó el entretenimiento con un ethos terapéutico en su programa de entrevistas orientado a la autoayuda. Si bien Oprah normalizó las vibraciones terapéuticas, también popularizó la idea anteriormente religiosa de que el sufrimiento ocurre por una razón. El Dr. Phil, quien comenzó como un experto en psicología residente en el programa de Oprah, continuó su tradición con sesiones seudoterapéuticas hiperdramatizadas. En los años 90, la tendencia continuó con libros de autoayuda. Entre 1991 y 1996, las ventas de libros de autoayuda aumentaron un 96%. Las personas querían mejorar arreglándose a sí mismas, y títulos como "El poder del ahora", "Los cuatro acuerdos" y "El arte de la felicidad" se convirtieron en favoritos del hogar. La televisión narrativa también se contagió del virus de la terapia, y finalmente, incluso los jefes de la mafia consiguieron terapeutas.

Ahora, avancemos hasta 2023, y la terapia está en todas partes, incluyendo nuestras conversaciones diarias a través del lenguaje terapéutico. Entonces, ¿qué impulsa esta obsesión? Bueno, retrocedamos para entender por qué necesitábamos terapia en primer lugar. Porque mucho antes de recostarte en un diván y contarle a un extraño tus inseguridades más profundas, todas las personas iban a un gran terapeuta en el cielo llamado Dios. O, si eres un buen católico como yo, ibas a su asistente administrativo, el sacerdote, con quien te confesabas dentro de una pequeña caja de madera. Y definitivamente no mentirías acerca de lo que hiciste después de la noche de graduación. A lo largo del siglo XIX, la sociedad se secularizó cada vez más y la religión comenzó a desempeñar un papel menos importante. Sin un propósito superior o la promesa del cielo, la vida y una muerte sin sentido... bueno, se sentían tristes, aplastantes, honestamente, aterradoras. Lo que llevó a la gente a un temor existencial. La sociedad del siglo XX intentó llenar el vacío de la religión, pero faltaba el elemento confesional. Las personas no tenían dónde poner su culpa, su miedo y su necesidad de redención. Pero luego llegó Freud y argumentó que podemos vivir sin Dios al reinterpretar nuestra ansiedad y neurosis sobre la cultura y la civilización como una lucha psicológica interna. Esto animó a las personas a dejar de preocuparse por lo que sucedía afuera y a centrarse en lo que sucedía adentro. Entonces, preocupémonos menos por un holocausto nuclear y preocupémonos más por por qué tu papá no fue a ninguno de tus partidos de béisbol infantil. Nuestra cultura ha cambiado simultáneamente para girar más en torno al individuo que a las fuerzas sociales más amplias, y la moralidad ha pasado de ser colectiva a ser individual. Las personas recurrieron a la terapia para obtener cosas que anteriormente ofrecía la religión. La terapia reemplazó a los confesionarios como espacios para aliviar la culpa y reflexionar sobre la existencia. Los mantras de autoafirmación reemplazaron las oraciones. Las comunidades con el mismo diagnóstico reemplazaron a los grupos religiosos, y la autorrealización reemplazó a la salvación.

Avancemos rápidamente hasta la década de 1970, y el campo de la psicología y las técnicas del psicoanálisis despegaron con el auge de los baby boomers. En general, la década de 1970 vio un aumento en el énfasis en el yo. Quiero decir, los baby boomers no eran llamados la "Generación Yo" por nada. Verás, para el verano de 1971, gran parte de la psicodelia y el activismo político asociados con la contracultura de los años 60 habían desaparecido, dejando a los jóvenes sin una fuente de significado. Ellos respondieron dirigiendo el ethos de los años 60 hacia adentro, a través de cosas como hacer ejercicio, comida saludable y sí, psicoanálisis. Coincidiendo con lo que se conoce como el período de refinamiento de la psicología, luego en los años 80, Oprah impregnó el entretenimiento con un ethos terapéutico en su programa de entrevistas orientado a la autoayuda. Si bien Oprah normalizó las vibraciones terapéuticas, también popularizó la idea anteriormente religiosa de que el sufrimiento ocurre por una razón. El Dr. Phil, quien comenzó como un experto en psicología residente en el programa de Oprah, continuó su tradición con sesiones seudoterapéuticas hiperdramatizadas. En los años 90, la tendencia continuó con libros de autoayuda. Entre 1991 y 1996, las ventas de libros de autoayuda aumentaron un 96%. Las personas querían mejorar arreglándose a sí mismas, y títulos como "El poder del ahora", "Los cuatro acuerdos" y "El arte de la felicidad" se convirtieron en favoritos del hogar. La televisión narrativa también se contagió del virus de la terapia, y finalmente, incluso los jefes de la mafia consiguieron terapeutas.

Ahora, avancemos hasta 2023, y la terapia está en todas partes, incluyendo nuestras conversaciones diarias a través de la jerga terapéutica. Entonces, ¿qué impulsa esta obsesión? Bueno, retrocedamos para entender por qué necesitábamos terapia en primer lugar. Porque mucho antes de recostarte en un diván y contarle a un extraño tus inseguridades más profundas, todas las personas iban a un gran terapeuta en el cielo llamado Dios. O, si eres un buen católico como yo, ibas a su asistente administrativo, el sacerdote, con quien te confesabas dentro de una pequeña caja de madera. Y definitivamente no mentirías acerca de lo que hiciste después de la noche de graduación. A lo largo del siglo XIX, la sociedad se secularizó cada vez más y la religión comenzó a desempeñar un papel menos importante. Sin un propósito superior o la promesa del cielo, la vida y una muerte sin sentido... bueno, se sentían tristes, aplastantes, honestamente, aterradoras. Lo que llevó a la gente a un temor existencial. La sociedad del siglo XX intentó llenar el vacío de la religión, pero faltaba el elemento confesional. Las personas no tenían dónde poner su culpa, su miedo y su necesidad de redención. Pero luego llegó Freud y argumentó que podemos vivir sin Dios al reinterpretar nuestra ansiedad y neurosis sobre la cultura y la civilización como una lucha psicológica interna. Esto animó a las personas a dejar de preocuparse por lo que sucedía afuera y a centrarse en lo que sucedía adentro. Entonces, preocupémonos menos por un holocausto nuclear y preocupémonos más por por qué tu papá no fue a ninguno de tus partidos de béisbol infantil. Nuestra cultura ha cambiado simultáneamente para girar más en torno al individuo que a las fuerzas sociales más amplias, y la moralidad ha pasado de ser colectiva a ser individual. Las personas recurrieron a la terapia para obtener cosas que anteriormente ofrecía la religión. La terapia reemplazó a los confesionarios como espacios para aliviar la culpa y reflexionar sobre la existencia. Los mantras de autoafirmación reemplazaron las oraciones. Las comunidades con el mismo diagnóstico reemplazaron a los grupos religiosos, y la autorrealización reemplazó a la salvación.

Ahora, para ser justos, nada de esto es inherentemente bueno o malo. Esta transformación cultural se basaba en un deseo genuino de comprenderse a uno mismo, lo cual es saludable. El único problema es que al volcarnos todos hacia adentro, perdimos nuestra capacidad para pensar y actuar colectivamente. Esta es una de las razones por las que resolver, digamos, la crisis climática parece imposible. Ahora bien, la religión tiene muchas fallas, pero lo que tiene es el poder de hacer que las personas crean en algo más grande que ellas mismas, lo suficiente como para hacer sacrificios por el bien común. En resumen, la cultura terapéutica refuerza el individualismo, mientras que la iglesia refuerza el comunalismo. Nuevamente, esto no es malo, excepto que otra cosa estaba sucediendo para exacerbar todo esto: nuestro buen amigo neoliberalismo. Consideremos aspecto en particular del neoliberalismo: el énfasis en el yo y la responsabilidad individual en relación con la salud mental. Este pensamiento a menudo toma la forma de la pregunta "¿Estás haciendo el trabajo?". El neoliberalismo ayudó a fomentar la idea de que en lugar de cambiar el mundo, lo que realmente debemos hacer es mirar hacia adentro y cambiarnos a nosotros mismos. El aspecto positivo de esto es que muchos de nosotros mejoramos a través de la terapia. La desventaja es que nos lleva a ignorar los factores sociales que contribuyen al problema sistémico de la enfermedad mental. Cosas como, no sé, hay una crisis climática, y hay guerra, hay redes sociales, creciente desigualdad de ingresos, todo es muy caro, ¿alguna vez podremos permitirnos jubilarnos? Cosas así. En lugar de eso, hoy nos centramos en los síntomas como la ansiedad y la depresión y luego simplemente tratamos de resolverlos. Tiene sentido que en un mundo que se siente cada vez más fuera de control, nuestro mecanismo de defensa sea recurrir a lo único que podemos controlar: nuestra mentalidad.

Si bien la terapia es indudablemente curativa y beneficiosa para muchos, una práctica terapéutica desconectada del cambio social y político tiene un límite. Hay solo tanto que nosotros y nuestros terapeutas podemos hacer por nuestra cuenta. Por ejemplo, en educación, en lugar de abordar las tendencias pedagógicas de los últimos años y el mayor énfasis en el autocontrol en el aula, a los niños, especialmente a los niños varones, se les diagnostica con TDAH y se les recetan medicamentos. En cierto sentido, la salud mental se ha convertido en un gran parapeto para los males del neoliberalismo. Cuando las sociedades occidentales están más deprimidas que nunca, la causa no puede ser simplemente que no hayas logrado reconciliarte con tu padre porque no usas palabras como "límites" y "autodiálogo". Nuevamente, no podemos subestimar cuán útil y transformadora puede ser la terapia. Pero tristemente, también es una de las pocas herramientas que tenemos para enfrentar los sentimientos de futilidad en un mundo cada vez más caótico. Así es como pasamos de nunca hablar de nuestros sentimientos a hablar constantemente de ellos a través de la jerga de terapia.

El aumento contemporáneo del argot de terapia ha sido positivo en el sentido de que ha alentado a las personas a articular sus sentimientos y manejar sus emociones. Desafortunadamente, también nos ha llevado a utilizar ampliamente términos terapéuticos de manera incorrecta porque, bueno, no todos somos terapeutas capacitados. Al mismo tiempo, aunque la jerigonza terapéutica se ha vuelto más inclusivo, las estructuras institucionales reales en torno a la salud mental siguen siendo exclusivas y costosas, especialmente en Norteamérica. Así que es como si nos dieran un adelanto de todas las autorrealizaciones que podríamos lograr si las estructuras necesarias para encarnar y practicar ese lenguaje no estuvieran ocultas tras un muro de pago. Porque la sociedad en su conjunto, al menos en el continente Americano, no proporcionará el apoyo necesario. Y en ausencia de un acceso generalizado a la terapia, se produce una proliferación simultánea de videos en TikTok que a menudo estereotipan, simplifican o malinterpretan trastornos de salud mental muy reales. Al mismo tiempo, se incentiva y se anima a los creadores de contenido a patologizar sus problemas para complacer al algoritmo, e incluso algunos simulan trastornos para obtener popularidad, un fenómeno tan real que se ha denominado "apropiación de enfermedades". Pero en este punto, la salud mental no solo ha sido cooptada por los influencers. Se ha convertido en su propio complejo industrial. Si tú, como yo, alguna vez has publicado sobre cómo lidiar con la ansiedad, la depresión o el TDAH, es probable que te hayas encontrado con el marketing de productos terapéuticos, que van desde costosas agendas que te ayudan con la gestión del tiempo hasta aceites esenciales para calmar la ansiedad. Y si bien estos pueden funcionar para algunas personas, y si es así, fantástico, hay algo extraño en monetizar nuestra vulnerabilidad y nuestro deseo de mejorar. Cuando te encuentras en el extremo receptor de la industria terapéutica comercializada, tu vergüenza y culpa se utilizan como armas para fomentar la participación del comprador, no sea que te excluyas y te quedes completamente solo con una mente triste porque no te importa lo suficiente como para hacer el trabajo. Sin embargo, el marketing terapéutico no solo es una máquina de culpa. A veces es simplemente siniestro. Los videos patrocinados sobre temas relacionados con la salud mental en TikTok se disfrazan de educativos, cuando en realidad, si solo levantaras sus gafas, verías que son anuncios disfrazados. Los servicios de terapia y los medicamentos psiquiátricos se venden a través de aplicaciones costosas y se anuncian en TikTok e Instagram, y se dirigen especialmente a la Generación Z, la generación que más lucha con los problemas de salud mental. Obtener ganancias a partir de los problemas mentales de las personas se siente como el siguiente paso lógico de la apropiación capitalista de la germanía terapéutica, que comenzó con Bernays. Y está funcionando. La salud mental es una industria en auge a nivel mundial. En 2020, tenía un valor de $383 mil millones y se prevé que crezca a $537 mil millones para 2030. Se prevé que el tamaño del mercado mundial de medicamentos para trastornos mentales alcance los $58.900 millones para 2031, y el mercado mundial de aplicaciones de salud mental tiene un valor de $5.200 millones en 2022 y sigue creciendo.

Entonces, si bien el uso de la jerga de terapia es positiva en el sentido de que ha normalizado la terapia y hablar de nuestras luchas, también se ha convertido en publicidad subliminal gratuita para la industria de la salud mental. El argot terapéutico señala nuestro deseo de autocomprensión, pero descuida los contextos sociales que contribuyen a las enfermedades mentales, como la clase social, la raza, el género, la sexualidad, la discapacidad, y así sucesivamente. No es una coincidencia que los países más felices tengan las redes de seguridad social más grandes y que tengas más probabilidades de estar deprimido si eres pobre o LGBTQ+. Además, la mayoría de las terapias aún no están cubiertas por el seguro y siguen siendo inaccesibles para muchos. Y para aquellos que no pueden acceder a una terapia real, ver videos sobre ella en TikTok te sitúa en un exceso de anuncios de difusores de aceites contra la ansiedad.

No hay duda de que la sociedad está mejor ahora que la terapia y el lenguaje de la terapia están mucho menos estigmatizados. Sin embargo, cuando los líderes políticos señalan la crisis de salud mental, parece que están desviando la atención de los problemas más grandes que nos están deprimiendo o causando ansiedad. Y como hemos dicho, están individualizando un problema a nivel social. Mientras pensemos en la idea de la resiliencia emocional como una cuestión de fortaleza individual, de hacer el trabajo, pensadores como la psicoterapeuta Esther Perel hablan de algo llamado resiliencia colectiva. Ella explica: "La resiliencia no es una serie de rasgos en un individuo. La resiliencia es la capacidad de aprovechar los recursos colectivos. Si todos lo enfrentamos solos, seremos evasivos, deprimidos. Pero si creamos algo juntos y entendemos cómo mantener la esperanza, no tendremos una crisis de salud mental. Tendremos una crisis mundial con personas que están haciendo frente". Tal vez una lección que nuestra sociedad secularizada pueda aprender de la religión tradicional es que enfrentar juntos los desafíos suele ser más efectivo que enfrentarlos solos.

Pero, ¿qué piensan ustedes? ¿El lenguaje/argot/jerga de terapia nos ayuda a ser más abiertos sobre nuestras luchas personales? ¿El surgimiento de la cultura terapéutica corre el riesgo de individualizar problemas que afectan a toda la sociedad? ¿O deberíamos ser como nuestros abuelos y reprimir todas las emociones profundamente en nuestro interior donde nadie pueda encontrarlas? Déjenme saber lo que piensan en los comentarios.

lunes, 10 de julio de 2023

¿Es la ética sólo actuación?

Introducción


Uno de los debates en ética es si algo es ético debido a tu intención o a tus acciones. Para algunos, todo se trata de tener una intención ética, incluso si las cosas no salen exactamente como se planean. Para otros, no importa si tu corazón está hecho de una sustancia satánica, siempre y cuando tus acciones tengan un efecto positivo en los demás. Sin embargo, en ambos casos, no hay una forma simple de determinar si alguien es moral. Podrían ser una gran persona internamente que nunca lleva a cabo su ética en el mundo, o simplemente alguien despreciable que hace cosas buenas para despistarte. Pero, ¿qué pasaría si nuestra ética y acciones individuales tuvieran un efecto físico en nosotros? Por ejemplo, ¿qué sucedería si cada vez que hicieras algo malo te crecieran cuernos y si hicieras algo bueno empezaras a brillar? ¿Y si tuviéramos un marcador visible de todas nuestras elecciones morales? En realidad, podemos tener una muestra de este experimento de pensamiento en la serie Fable.

Para aquellos que no están familiarizados, Fable es una serie de juegos de fantasía y acción donde tus decisiones no solo afectan el mundo que te rodea, sino también tu apariencia. Esto significa que si eres amable, la gente recibirá con brazos abiertos a tu avatar resplandeciente. Pero si te vuelves ruin, los habitantes del pueblo huirán temerosos de tu cornuda amenaza. Todo esto se presenta de manera humorística, pero plantea la interesante pregunta de qué sucede cuando nuestra moralidad, algo fundamentalmente privado, se vuelve completamente público.

En este ensayo exploraremos la serie de juegos de rol Fable de Microsoft. Nos preguntaremos cuál es la relación entre la ética personal y la percepción pública, y cómo podemos saber qué significa ser realmente bueno en un mundo que gira en torno a las apariencias.

Naturaleza privada de la ética

Obviamente, hay una diferencia entre cómo nos comportamos y cómo somos percibidos. Es decir, las personas malas pueden ser vistas como buenas y viceversa. Esto se debe a que alguien puede adoptar una apariencia ética sin realizar acciones éticas. Por ejemplo, pueden usar camisetas que proclamen solidaridad, mentir acerca de trabajar en un comedor comunitario y desear haber participado en una protesta, mientras en realidad practican el comercio ilegal de información privilegiada, roban dulces a los niños y ocultan cadáveres en el armario. Reflexionemos sobre cuántos asesinos fueron considerados personas amables por sus vecinos. Incluso en el caso de Jack of Blades en la serie Fable, el campeón de la arena resulta ser un villano inmortal.

Básicamente, cómo actuamos en un momento dado no siempre indica nuestro carácter moral. Esto tiene sentido, ya que la sociedad está construida para recompensar el comportamiento ético. Esto es especialmente cierto en Fable, donde ciertos personajes huirán si eres lo suficientemente malvado. Incluso en la vida real, es de nuestro interés parecer éticos. Pero eso no significa necesariamente que tengamos que actuar de esa manera.

En este punto, podríamos recurrir a Michel Foucault, uno de los grandes filósofos franceses, quien desarrolló el concepto del poder disciplinario. Según Foucault, actuamos de manera diferente cuando creemos que estamos siendo observados, y eventualmente internalizamos una constante sensación de estar siendo vigilados. Esto nos lleva a regularnos de acuerdo con las normas éticas de nuestra sociedad. Sin embargo, lo ético no siempre es universalmente aplicable en todas las situaciones y para todas las personas. Lo que puede ser ético para algunos, puede parecer sospechoso para otros. Por ejemplo, en Fable, a veces la elección ética implica matar a un grupo de goblins, pero obviamente los goblins no están de acuerdo con esa idea.En este punto, podríamos recurrir a Michel Foucault, uno de los grandes filósofos franceses, quien desarrolló el concepto del poder disciplinario. Según Foucault, actuamos de manera diferente cuando creemos que estamos siendo observados, y eventualmente internalizamos una constante sensación de estar siendo vigilados. Esto nos lleva a regularnos de acuerdo con las normas éticas de nuestra sociedad. Sin embargo, lo ético no siempre es universalmente aplicable en todas las situaciones y para todas las personas. Lo que puede ser ético para algunos, puede parecer sospechoso para otros. Por ejemplo, en Fable, a veces la elección ética implica matar a un grupo de goblins, pero obviamente los goblins no están de acuerdo con esa idea.

Mientras que las manifestaciones físicas de la ética pueden mantener a todos en línea, la pregunta de si eso es bueno sigue siendo motivo de debate. Para abordar esta cuestión, recurro a uno de mis filósofos daneses favoritos, Søren Kierkegaard, y su obra "O lo uno o lo otro". Kierkegaard sostiene que cada uno de nosotros es responsable de nuestras propias vidas, y eso implica enfrentar la ansiedad de tomar decisiones difíciles. Hacer elecciones nos provoca ansiedad porque no sabemos qué va a suceder. Por eso tomar decisiones es difícil.

Obviamente, es bueno actuar éticamente, como dejar en libertad a un prisionero o salvar a una princesa. Sin embargo, a menudo, actuar éticamente se interpone en el camino del placer, como matar a alguien que es realmente malo o robar pollos de una granja. Esto nos deja con una difícil tarea de navegación: ¿cuándo priorizamos el placer y cuándo priorizamos la ética?

Si nuestras elecciones fueran visibles para todos a nuestro alrededor, sería mucho más difícil priorizar el placer sobre la ética, porque todos lo verían. Esto probablemente cambiaría el comportamiento de las personas, pero también nos quitaría parte de nuestra capacidad de tomar decisiones kierkegaardianas, convirtiendo nuestra ética en una obligación más que en una decisión. Esto no necesariamente llevaría a un mundo mejor, ya que no seríamos auténticos.

En resumen, ser una persona ética es mucho más complicado que simplemente hacer lo correcto. Es un proyecto de toda la vida, lleno de desafíos y ansiedades. Pero, ¿qué piensan ustedes? ¿La ética se trata más de la intención interna o de la percepción externa? ¿Quizás un poco de ambos? ¿O ninguno de los dos?

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