lunes, 10 de julio de 2023

¿Es la ética sólo actuación?

Introducción


Uno de los debates en ética es si algo es ético debido a tu intención o a tus acciones. Para algunos, todo se trata de tener una intención ética, incluso si las cosas no salen exactamente como se planean. Para otros, no importa si tu corazón está hecho de una sustancia satánica, siempre y cuando tus acciones tengan un efecto positivo en los demás. Sin embargo, en ambos casos, no hay una forma simple de determinar si alguien es moral. Podrían ser una gran persona internamente que nunca lleva a cabo su ética en el mundo, o simplemente alguien despreciable que hace cosas buenas para despistarte. Pero, ¿qué pasaría si nuestra ética y acciones individuales tuvieran un efecto físico en nosotros? Por ejemplo, ¿qué sucedería si cada vez que hicieras algo malo te crecieran cuernos y si hicieras algo bueno empezaras a brillar? ¿Y si tuviéramos un marcador visible de todas nuestras elecciones morales? En realidad, podemos tener una muestra de este experimento de pensamiento en la serie Fable.

Para aquellos que no están familiarizados, Fable es una serie de juegos de fantasía y acción donde tus decisiones no solo afectan el mundo que te rodea, sino también tu apariencia. Esto significa que si eres amable, la gente recibirá con brazos abiertos a tu avatar resplandeciente. Pero si te vuelves ruin, los habitantes del pueblo huirán temerosos de tu cornuda amenaza. Todo esto se presenta de manera humorística, pero plantea la interesante pregunta de qué sucede cuando nuestra moralidad, algo fundamentalmente privado, se vuelve completamente público.

En este ensayo exploraremos la serie de juegos de rol Fable de Microsoft. Nos preguntaremos cuál es la relación entre la ética personal y la percepción pública, y cómo podemos saber qué significa ser realmente bueno en un mundo que gira en torno a las apariencias.

Naturaleza privada de la ética

Obviamente, hay una diferencia entre cómo nos comportamos y cómo somos percibidos. Es decir, las personas malas pueden ser vistas como buenas y viceversa. Esto se debe a que alguien puede adoptar una apariencia ética sin realizar acciones éticas. Por ejemplo, pueden usar camisetas que proclamen solidaridad, mentir acerca de trabajar en un comedor comunitario y desear haber participado en una protesta, mientras en realidad practican el comercio ilegal de información privilegiada, roban dulces a los niños y ocultan cadáveres en el armario. Reflexionemos sobre cuántos asesinos fueron considerados personas amables por sus vecinos. Incluso en el caso de Jack of Blades en la serie Fable, el campeón de la arena resulta ser un villano inmortal.

Básicamente, cómo actuamos en un momento dado no siempre indica nuestro carácter moral. Esto tiene sentido, ya que la sociedad está construida para recompensar el comportamiento ético. Esto es especialmente cierto en Fable, donde ciertos personajes huirán si eres lo suficientemente malvado. Incluso en la vida real, es de nuestro interés parecer éticos. Pero eso no significa necesariamente que tengamos que actuar de esa manera.

En este punto, podríamos recurrir a Michel Foucault, uno de los grandes filósofos franceses, quien desarrolló el concepto del poder disciplinario. Según Foucault, actuamos de manera diferente cuando creemos que estamos siendo observados, y eventualmente internalizamos una constante sensación de estar siendo vigilados. Esto nos lleva a regularnos de acuerdo con las normas éticas de nuestra sociedad. Sin embargo, lo ético no siempre es universalmente aplicable en todas las situaciones y para todas las personas. Lo que puede ser ético para algunos, puede parecer sospechoso para otros. Por ejemplo, en Fable, a veces la elección ética implica matar a un grupo de goblins, pero obviamente los goblins no están de acuerdo con esa idea.En este punto, podríamos recurrir a Michel Foucault, uno de los grandes filósofos franceses, quien desarrolló el concepto del poder disciplinario. Según Foucault, actuamos de manera diferente cuando creemos que estamos siendo observados, y eventualmente internalizamos una constante sensación de estar siendo vigilados. Esto nos lleva a regularnos de acuerdo con las normas éticas de nuestra sociedad. Sin embargo, lo ético no siempre es universalmente aplicable en todas las situaciones y para todas las personas. Lo que puede ser ético para algunos, puede parecer sospechoso para otros. Por ejemplo, en Fable, a veces la elección ética implica matar a un grupo de goblins, pero obviamente los goblins no están de acuerdo con esa idea.

Mientras que las manifestaciones físicas de la ética pueden mantener a todos en línea, la pregunta de si eso es bueno sigue siendo motivo de debate. Para abordar esta cuestión, recurro a uno de mis filósofos daneses favoritos, Søren Kierkegaard, y su obra "O lo uno o lo otro". Kierkegaard sostiene que cada uno de nosotros es responsable de nuestras propias vidas, y eso implica enfrentar la ansiedad de tomar decisiones difíciles. Hacer elecciones nos provoca ansiedad porque no sabemos qué va a suceder. Por eso tomar decisiones es difícil.

Obviamente, es bueno actuar éticamente, como dejar en libertad a un prisionero o salvar a una princesa. Sin embargo, a menudo, actuar éticamente se interpone en el camino del placer, como matar a alguien que es realmente malo o robar pollos de una granja. Esto nos deja con una difícil tarea de navegación: ¿cuándo priorizamos el placer y cuándo priorizamos la ética?

Si nuestras elecciones fueran visibles para todos a nuestro alrededor, sería mucho más difícil priorizar el placer sobre la ética, porque todos lo verían. Esto probablemente cambiaría el comportamiento de las personas, pero también nos quitaría parte de nuestra capacidad de tomar decisiones kierkegaardianas, convirtiendo nuestra ética en una obligación más que en una decisión. Esto no necesariamente llevaría a un mundo mejor, ya que no seríamos auténticos.

En resumen, ser una persona ética es mucho más complicado que simplemente hacer lo correcto. Es un proyecto de toda la vida, lleno de desafíos y ansiedades. Pero, ¿qué piensan ustedes? ¿La ética se trata más de la intención interna o de la percepción externa? ¿Quizás un poco de ambos? ¿O ninguno de los dos?

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